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Foto del escritorJyotisha Navil Gauri

Consejos para usar un Japa-mala

Actualizado: 2 oct 2019


Un mala o japa mala es una sarta de 108 cuentas esféricas, generalmente de madera, usada en el hinduismo, el budismo y el sijismo para recitar mantras o el nombre o los nombres de una deidad.

Para cantar un mantra es importante registrar el número de repeticiones, para lo que utilizaremos el rosario (MÂLÂ).

Las cuentas pueden hacerse de sándalo, cristal, conchas, coral, o en la mayoría de los casos de rudrâkshas (el ojo de Rudra) que es la multifacética semilla del sagrado árbol azul de Shiva.

También se conoce con el nombre de JAPA-MALA (japa=repetición; mala=circulo) y tiene una antigüedad de 6.000 años.

Los rosarios pueden consistir en 15, 21, 24, 27, 30, 50 ó 108 cuentas, más “la cuenta maestra” (generalmente más grande), que representa nuestro gurú o Dios, símbolo del canal central. El cordón que une las cuentas simboliza el hilo de la vida. La Cuenta del Gurú es agregada como un recordatorio de la devoción sagrada al Maestro o Gurú.

Para rezar el japa se toma en la mano derecha, y ―con los dedos pulgar y medio (o corazón)― se toma una de las dos cuentas que se encuentran contiguas a la cuenta empenachada que sobresale del collar. Mientras se hace girar en sí misma la cuenta, se pronuncia el mantra. Al terminar el mantra, se pasa a la segunda cuenta, siempre haciendo avanzar el rosario hacia delante. Cuando se haya recitado el mantra 108 veces ―lo que se denomina una «ronda o vuelta» de japa―, se llegará a la cuenta empenachada. Esta no debe ser tomada entre los dedos (aunque no hay problema en tocarla), sino que se debe girar el rosario completo y comenzar la siguiente ronda con la cuenta con que se terminó (la n.º 108).

La recitación del japa se puede hacer en voz baja o alta, está bien. No existe la restricción de que deba cantarse en silencio. Lo importante es que se debe cantar atentamente, escuchando la vibración sonora muy claramente.

El 108

Desde la antigüedad, en la India, el número 108 se considera sagrado y afortunado. Aunque podemos encontrar diversas interpretaciones de este simbólico número, probablemente la explicación mas correcta sea la astronómica. En la era védica, los sabios eran conscientes de que la distancia promedio de la luna y también del sol a la tierra era 108 veces sus diámetros respectivos. Las 12 casas astrológicas, multiplicadas por los 9 planetas en nuestro sistema solar, dan como resultado 108.

En el hinduismo se habla de un lenguaje secreto que era utilizado, en Oriente, por diversas corrientes religiosas, para proteger el conocimiento de los no iniciados. Según este lenguaje el número 108 tiene que ver con lo siguiente: “No existe diferencia entre Aquello (Dios) y el Ser” o “No hay diferencia entre Brahma y Jiva (el Ser-el Hombre)”.

Si sumamos los números que forman el 108, obtenemos el número 9 (1+0+8=9). El número 9 es considerado Sagrado por el Hinduismo, representa a Brahma, Dios. Se considera que es un número inmutable, indestructible, ya que al multiplicarlo por cualquier cantidad, la suma de los números que forman el resultado, siempre será 9. (Ej: 9×5=45 luego 4+5=9; 137×9=1233 luego 1+2+3+3=9).

Además, 108, es el resultado de multiplicar 12×9=108. El 12 (doce) es el número de Adityas, las luminarias que revelan el mundo objetivo. Son los símbolos del aspecto Sakara (del mundo de nombres y formas, de la multiplicidad, de la aparente variedad, de las fugaces imágenes).

  • El 1 (Uno): representa a lo Supremo, Brahma, Dios. Lo que es UNO y no tiene semejante posible.

  • El 0 (Cero): representa la ausencia de diferencia entre el 1 (macrocosmos o personalización del Universo) y el 8 (microcosmos, universalización de la persona, el ser encarnado o Jiva).

  • El 8 (Ocho): es el resultado de sumar 5+3=8. 5 (cinco) son los Tattva o elementos (éter, fuego, agua, tierra y aire) presentes en la manifestación biológica del ser (Jiva). 3 (tres) son las funciones de Manas (la mente, el cerebro):

  1. Ahankara: sensación de Yo, personalidad del ser encarnado.

  2. Chitta: los registros que se producen en la mente.

  3. Buddhi: capacidad intelectual de discernir, de elegir.

El número 3 (tres) se considera Sagrado en India, ya que además de las tres funciones del cerebro representativas del ser humano, son Tres las Deidades que forman la Trimurti o Trinidad Hindú (Sri Brahma, Shiva, Sri Vishnu); tres son los aspectos que caracterizan a toda sustancia de la Creación o cualidades de la naturaleza (triguna): Satva, Rajas, Tamas.

En base a lo anterior, podemos traducir el 108 por: BRAHMA (Dios)—NO TIENE DIFERENCIA CON EL—SER (1) (0) (8). Esto significa que no hay diferencia entre el Macrocosmos (Dios) y el Microcosmos (El Ser), entre Brahma y Jiva.

Además, 108 son los Nombres del Señor; 108 son las Upanishad (escrituras sagradas, en sánscrito, de los Veda de carácter filosófico).

CONSEJOS PARA USAR UN JAPA-MALA

  • El Japa-mala se sujeta con la mano derecha y se sitúa sobre la rodilla derecha, incluso los zurdos. La mano izquierda se apoya de forma relajada, con un mudra, sobre la rodilla izquierda. Los ojos se mantienen cerrados, para favorecer la interiorización y evitar los estímulos visuales.

  • Comenzamos por la primera cuenta, después de la cuenta maestra. Recitamos el mantra completo y pasamos a la siguiente cuenta. Repetimos la operación hasta completar una vuelta del mala, justo antes de llegar a la cuenta maestra.

  • Como muestra de devoción y respeto, la cuenta maestra nunca debe ser pasada por los dedos pues sería atravesar un lugar sagrado. Cuando hemos dado una vuelta completa y llegamos a la Montaña de Meru, recordamos que estamos haciendo una práctica sagrada y volvemos hacia atrás para hacer una nueva vuelta.

  • El mala es un objeto devocional y debe ser usado con respeto. Lo guardaremos en nuestro altar personal o dentro de un paño o “bolsita” destinada a su descanso.

  • No se debe dejar la práctica de repetición (JAPA) del mantra, hasta completar el círculo (MALA), como acto de respeto y unión con el mismo.

CITAS DE SAI BABA ACERCA DEL JAPAMALA

“Antes que nada deben conocer el simbolismo de los dedos. El dedo pulgar representa a Brahma (Dios), el Eterno Absoluto, el Principio inmanente. El dedo índice, que señala a esto y aquello, ustedes y el otro, es el individuo, que se siente separado y distinto. Cuando estos dos se unen en la punta, sostenidos en esta posición, es el gesto de la sabiduría o Jñana Mudra, pues la sabiduría consiste en que el individuo se vuelva uno con Dios, la fusión de aquello que sentía haber emergido. Los tres dedos (medio, anular y meñique) representan a la naturaleza, el mundo objetivo, que es negado cuando se efectúa la fusión. Son las tres características de la naturaleza o gunas, el sátvico (pureza), el rajásico (pasión) y el tamásico (inercia), que con su interacción crean el mundo fenoménico“. SAI BABA

“Ahora, hablemos de pasar las cuentas. Sostengan el rosario encima del dedo del corazón, manteniendo los tres dedos de los gunas juntos. Esto significa que están ahora trascendiendo el mundo de los atributos y de las cualidades, del nombre y de la forma, de la multiplicidad que es la consecuencia de toda esta transformación, y avanzando hacia el conocimiento de la Unidad. Ahora el dedo del individuo (índice) pasa lentamente cada cuenta hacia el dedo pulgar (Dios), tocando la punta de éste cuando la cuenta pasa por él, para que la fusión sea enfatizada con cada cuenta y cada aliento, pues mientras los dedos aprenden y enseñan la lección, la lengua también repite el Mantra o el Nombre, junto con el Pranava Om“. SAI BABA

“El rosario les enseña la unidad, aunque tenga ciento ocho cuentas. Si es de cuentas de cristal se puede ver el hilo a través de cada cuenta, la realidad interna en la que están ensartadas. Si las cuentas no son transparentes, aún así ustedes saben que están unidas por un hilo, que es la base para que el rosario exista“. SAI BABA

“El rosario es muy útil para los principiantes en el camino espiritual, pero conforme avanzan, la repetición del Nombre debe llegar a ser el aliento mismo de su vida, y así la rotación de las cuentas llegará a ser un ejercicio superfluo y pesado en el cual ustedes ya no tendrán interés. Siempre en todo momento y todo lugar se debe meditar sobre el Señor. Ese es el estado al que el rosario o japamala los debe guiar, no deben quedarse en él por siempre. Es sólo un medio para ayudar a la concentración y a la contemplación sistemática. El salvavidas debe desecharse cuando aprendan a nadar, y las muletas cuando puedan caminar. Al comienzo sean regulares en las horas que dedican a la repetición del Nombre. Adóptenlo natural y espontáneamente, con amor y entusiasmo”. SAI BABA

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